Foto: Diario Sur (Pachi Idígoras) |
Tras tres partidos nefastos, el ambiente en el malaguismo anda enrarecido, ese ambiente que hace recordar a temporadas de nefasto final, donde se percibe la desunión entre directiva, cuerpo técnico, plantilla y afición, sin tener claro qué va a ocurrir, sin saber a qué atenerse para recuperar una ilusión que se ha intentado recuperar durante el verano y durante este inicio liguero pero que sigue sin llegar y mira que a esperanza a los malaguistas pocas aficiones nos ganan.
Llegados a este punto y ya en frío tras el partido contra
Las Palmas, creo que sólo hay dos vías, darnos por vencido tras estas tres
jornadas y dejarnos llevar por el lado oscuro o sacar esa nueva esperanza de
las que al día siguiente de una mala racha dices, va, al siguiente ganamos, esa
sensación tan malaguista.
La nueva esperanza ya está, ahora vamos a por el tema unión,
una de las claves para cualquier equipo si quiere conseguir sus objetivos y
precisamente de eso sí que vamos escasos. Tras un verano convulso, los primeros
que deben predicar unidad es el enterramiento del hacha de guerra entre la
directiva y el cuerpo técnico, por un lado seriedad y saber tratar los temas
importantes por parte de la directiva y por otro dejarse de hablar menos por
los micrófonos y más en el interior de La Rosaleda.
A partir de ahí, a remar todos en una misma dirección porque
nada importa más que el escudo que representas y toda la afición que hay
detrás.
Sé que venimos de un verano convulso con bajas destacadas y
una planificación que ha despertado dudas, las cuales perdurarán durante toda
la temporada o se disiparán con el paso de las jornadas, aún es demasiado
pronto.
Y ahora un poco de calma, aunque sea difícil, si echamos la
vista atrás, no somos el mejor de ejemplo de empezar temporadas, con Tapia en
la 08/09 conseguimos un punto en los
primeros cuatro partidos, con Muñiz en la 09/10
ganamos el primero y perdimos los cuatro siguientes, con Schuster en la 13/14 una montaña rusa sería el mejor resumen
a su inicio y por último Gracia en la 15/16,
tuvieron que pasar cuatro partidos hasta la primera victoria y hasta la jornada
15 sólo llevábamos 11 puntos.
Míchel aún tiene margen, varios partidos tal vez pero se
tiene que ver algo. Porque la afición no es tonta y en esto del fútbol se ve
cuando hay trabajo detrás de un equipo, garra e ilusión. Dejar la cabezonería,
probar y probar hasta dar con la tecla, no es fácil, faltan jugadores claves
pero no es imposible, ya lo demostraron los entrenadores anteriormente citados
que sacaron adelante a sus equipos.
Por eso mismo, me agarro a esa nueva esperanza, esa
esperanza que nos hizo aguantar esas jornadas de otras temporadas, que de un
año para otro se nos fueron Isco, Toulalan, etc. y salimos adelante, que si
algo tenemos en nuestro adn es la capacidad de resurgir. Que a este paso el ave
fénix debería ser de color azul y no naranja.
Por eso que no te extrañe si te han vuelto las ganas de
volver a ver al Málaga porque algo nos dice que esta vez sí, incluso esa idea
de loca en la que hasta podemos dar la campanada en el Wanda, que aún quedan
105 puntos en juego, que esto acaba de empezar.
Y quién no se vea capaz de sacar esto adelante, ya se sabe
dónde está la puerta de salida de La Rosaleda, aquí se queda quien tiene ganas
de llevar este escudo y dar lo mejor de sí. El Málaga CF no merece otra cosa.
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