Málaga CF 0 - RCD Espanyol 1 | Directos al boquete

Foto: LaLiga

Las lágrimas de impotencia tras el pitido final del encuentro que cerró la penúltima jornada de la Liga Santander 2017/18 que pudimos ver en el rostro de Diego González son las lágrimas de todo el malaguismo. La impotencia, el estrellarse contra un muro de desesperación que no se podía derribar, el peso que acarrea no ver puerta hundió a un Málaga CF que suma una nueva derrota ante un RCD Espanyol que solo hizo una cosa en ataque destacado en todo el partido: el gol de Sergi Darder a los 6 minutos de partido. Y sí, un ex malaguista, otro más esta temporada, es el que pone de nuevo el dedo en la llaga y lastra las opciones de victoria para salir del pozo en el que el equipo se está metiendo casi sin darse cuenta.

El equipo no desentonó tras el gol rival, donde la novedad de En-Nesyri en ataque destacó en lucha y presión arriba, provocando hasta tres tarjetas en el rival, pero al igual que su compañero de ataque Peñaranda, se mostraron romos de cara a puerta. La ansiedad se apoderó de los blanquiazules conforme pasaban los minutos y a pesar de lo que podía pensar uno al inicio del partido, el Málaga CF se fue apagando más y más. Apenas generó peligro y todo balón que se acercaba al área rival acababa despejado. Inoperancia absoluta.

En el segundo tiempo, los cambios de Borja Bastón, Ontiveros y Juanpi no resultaron. Fueron otro cero a la izquierda y sin opción de poder rescatar nada reseñable en forma de ocasión de peligro. El Málaga CF está cavando su propia fosa jornada sí y jornada también y ni siquiera un milagro parece que pueda resucitar a este equipo.

LO MEJOR
- Ignasi Miquel fue lo poco destacable del conjunto blanquiazul a la hora de crear juego desde atrás. Se le vieron cosas muy interesantes al reciente fichaje malaguista.
- Keko Gontán, hasta que fue sustituido, perforó su banda más que ningún otro jugador en ataque del equipo.

LO PEOR
- Sensaciones. El equipo parecía muerto en la segunda parte. Ni empuje, ni peligro, ni nada de nada.
- Los cambios no aportaron absolutamente nada.