Detrás de una semana sin competición en la primera división
del fútbol español se respiran unos días de tranquilidad. El estadio, vacío, y con una sensación de relajación y tregua que nos
permite a los aficionados echar la vista atrás a lo sucedido hasta ahora fuera del objetivo
de la prensa diaria o de las redes sociales hoy en día. Desde un punto de vista
más frío, alejado del frenetismo de dos semanas a tope de partidos, fichajes y
demás, intentemos analizar todo lo ocurrido en base blanquiazul.
LigaBBVA
Un punto de 6 posibles ante Sevilla y Barça. En el primer
partido podemos dar por bueno el empate si no se nos vuelve a la cabeza el
error arbitral que nos privó de la victoria ante un equipo visitante que fue
superado en la mayor parte del encuentro (sobre todo, post-expulsión de N’
Zonzi). En el segundo partido, un excelso Kameni mantuvo las ilusiones
malaguistas de arañar algo positivo ante el campeón. Vermaelen frustró esa
posibilidad. Los próximos partidos
(Eibar – Getafe – Villarreal ) deben darnos las primeras victorias para
despegar desde los puestos bajos.
Llegadas
Roque volvió y el malaguismo lo celebró. Un jugador con su
espíritu noble y su experiencia nunca está de más en el vestuario. Y si su físico
lo permite, puede ser un recurso muy interesante en determinados partidos. Más
dudas ofrece Hachim Mastour, no por su clase demostrada en más de un vídeo por
Internet, sino porque llegó sin que el cuerpo técnico necesitara un jugador de
sus características a día de hoy (Javi Gracia demandaba un jugador más de
banda). Y para más inri, sin saber cuándo podría debutar a causa de que la FIFA
debe dar permiso para ello debido a su edad (17).
Salidas
Más allá de las ya consabidas de los Samus, y Juanmi,
repasemos:
-
Bobley Anderson rescindió contrato y jugará en
la tercera categoría del fútbol francés.
-
Pablo Pérez se queda en propiedad de Boca Juniors,
que ejerció su opción de compra.
-
Rescaldani, cedido al Puebla mexicano.
- Y la más sonada y que ha levantado las iras de
más de uno, Sergi Darder. Hará unas 3 semanas, el Lyon francés mostró interés
en su contratación por una cantidad interior a la que los dirigentes del club
no estaban (a priori) dispuestos a vender. Se hablaban de unos 8 millones de
euros aproximadamente. Se hablaba incluso de que el fondo de inversión, dueño
del 50% del pase de Darder ante un traspaso, fue realmente el que bloqueó la
transferencia por considerarla insuficiente. En cualquier caso, el jugador no
se movería del equipo y se contaría con él para la temporada que empezaba. Sin
embargo, que el día antes del partido contra el Barça te digan que no puedes
contar con un jugador clave en tu esquema
porque lo van a vender no puede sentar muy bien si eres el entrenador
del equipo. La rueda de prensa post-partido de Javi Gracia creo que todos la
hemos visto y nos identificamos con su malestar. La venta finalmente fue de
unos 12 millones de euros, en la que supuestamente llegaba a una especie de
límite donde el fondo de inversión podía dar ese visto bueno. ¿Entonces? La
falta de información, las verdades a medias y las situaciones imprevistas a las
que somete el club al aficionado, personalizada en la imagen de Vicente Casado
(donde una semana antes en una entrevista dio a entender que a esto no se iba a
llegar) quedan cuanto menos en entredicho una vez más.
Mientras la pelota siga entrando en la portería contraria y
los resultados acompañen, el aficionado de a pie será anestesiado, tapando la irregular
gestión de los de arriba, año tras año. Lo que de verdad nos debe preocupar es
el futuro incierto del club. Habiendo vendido en los últimos años todo el
activo posible del club, llegará el momento en que no quede más que podamos
vender. Y ahí será cuando realmente tengamos problemas de supervivencia en un
fútbol tan exigente como el español. Y encima, sin que tengamos claro la deuda
real que acumulamos, ya que cada año parece que esa deuda es constante.
Empieza
la retórica: ¿Hasta cuánto estamos dispuestos a aguantar en estas
circunstancias? No considero que el aficionado de aquí fuera extremadamente
exigente con el club si se le diera un mínimo de información relevante, dejando
las verdades a medias y realizando un pico de transparencia adecuado. ¿Por qué
algo sencillo puede resultar tan complicado?
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